George Forsith - ¿AMOR PROHIBIDO?
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| George Forsith |
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Lo quiero y lo odio
George Forsith alcalde de la Rica Viky, el rompe corazones y uno de los políticos más guapos del Perú, se acercó a mí un día cuando me encontraba de jaladora en Gamarra.
Hace como dos semanas los municipales ya venían advirtiéndonos que todos los ambulantes y los jaladores debíamos salir de las calles y encontrar otras formas de vender nuestros productos, mi mamá tiene 3 tiendas pero contrata "jaladores" para cada una de ellas. Para los que no sepan los jaladores son aquellos que se encargan de mostrar ciertos productos en las calles con el fin de atraer personas hacia las tiendas de las galerías. Además de no ser un trabajo formal, nosotros los que hacemos este tipo de chamba debemos tener cuidado porque varias veces se han llevado mercadería y eso es pérdida para el negocio en sí.
Justo ese día había faltado a mis clases, me las cancelaron, y como mi madre odia que ande de floja por la vida me mandó a conseguir clientes
—Nela, anda afuera de una vez y ya deja ese estúpido celular —gritó mi mamá histérica
—Ya voy —rodé los ojos y con toda la flojera del universo me paré
Salí y todo tranquilo, estoy acostumbrada a hacer esto porque desde los 16 lo hago ocasionalmente, sobre todo, cuando necesito plata extra para mis salidas, en fin logré atraer como a tres clientes a la tienda cuando empieza a correr la gente despavorida, los ambulantes comenzaron a esconderse, había tanta gente en las calles y en las galerías que se empezaron a tropezar unos con otros, me di media vuelta para tratar de esconderme pero me di cuenta que un tumulto de gente se avecinaba en mi contra, quedé paralizada y en un instante sentí cómo alguien tiró de mi brazo, me puso sobre contra un muro rodeándome con sus brazos, levanté la mirada y lo único que pude ver fueron sus hermosos ojos, de repente un grupo de seguridad nos rodeó y empezaron a preguntarle si se encontraba bien, él asintió y luego volteó a verme
— ¿Estás bien?
— Sí —respondí balbuceando
—Toma —dijo mientras recogía la ropa que se me había caído
—Gracias —contesté, maldito balbuceo pensé al mismo tiempo
Se dio media vuelta y siguieron su camino, aún estaba en shock, no entendía qué había pasado, giré y veo a mi madre corriendo hacia mí
—¿Te quitaron algo? —fue lo primero que me dijo mi mamá
—No, nada —respondí
—Apúrate, mete todo a la tienda de una vez que están quitando las cosas y cerrando las galerías, estos desgraciados que vienen a cerrar los negocios de la gente humilde no se dan cuenta que malogran el negocio —decía mi mamá renegando
—Ma, tranquilízate —le dije
—No Nela, estoy cansada sobre todo ese con cara de muñequito que se cree que lo puede todo, ¡SON TODOS IGUALES DE CORRUPTOS! —gritó mirando hacia la dirección en la que se había ido mi salvador
—¿Quién? —pregunté
—Ese pues, el que estaba rodeado de pura seguridad, George se llama con esa carita nadie pensaría la edad que tiene y menos todas las mañas que se sabe —me respondió
George, suspiré, es el hombre que me robó el aliento pero también el que mi madre odia con tanto fervor. ¿Será que tendré alguna otra oportunidad de verlo otra vez?
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