Oe por la ptmptmptm, me enamoré de Ariana Bolo Arce

Nunca en la vida me había puesto un labial rojo, y mucho menos ido a una discoteca gay, pero como dicen: siempre hay una primera vez para todo.

Enamorada en Matadero

Me habían hablado de Matadero en varias ocasiones, describiéndolo como amigable, un buen lugar para bailar y definitivamente el lugar más fashion y original de todo Miraflores... Ah, y también dijeron algo de "todos contra todos", pero a eso no le presté mucha atención. A mí me gustaban los hombres y punto. 

Entré al baño, me sentía un poco mareada a raíz de que mis ojos se habían descontrolado. Confesaré que me estaba diviertiendo con la música, la buena onda del lugar y un par de sorbos de cerveza que me habían invitado, hasta que vi entrar a una chica particular: de mi talla, cabello corto como mi abuelita, con lentes y Vans rojas, como el color de mi boca y el órgano vital que latía dentro de mi cavidad toráxica a mil por hora. Detrás de ella venía otra, blanca como la leche y de abundante cabello ondulado.

Sin Eli en la costa

Algo tenía esa chela que hacía que viera todo con otra mirada: me gusta esa chica y estoy drogada. Lo sabía de inmediato, pero no quería afrontarlo. Se me hacía un poco conocida, pero no podía acordarme de su nombre exactamente por lo cagada que estaba.

Eli empujó la puerta del baño y la cerró de inmediato.

-Eli, abre. ¡Estás mal! -,gritó.

Yo solo miraba a través del espejo. De repente me imaginé como en esas películas en las que estás sentada en el tocador, con las panties rotas y la pierna encima del lavadero. De esa escena, lo más parecido que tenía yo era el labial corrido y las tabas sucias. Y que la chica que me gustaba estaba en el mismo lugar, claro.

-Amiga, hola,... -, dirigiéndose a mí.

Fue en ese preciso momento en el que me devolvió a la realidad. Solo atiné a mirarla, o a hacer el intento de descifrar si era homosexual o no.

-Tus ojos están demasiado corridos y tu labial también. Toma-, dice y saca un labial del mismo color que el mío.

Las manos me temblaban demasiado. Me daba un poco de vergüenza.

-Ay, sorry. Ya vi que no puedes hacer nada-, me dijo mientras se acercaba cada vez más.

-¿Qué tomaste? Ni yo estoy tan loca-, rió mientras me limpiaba y pintaba con su lipstick,

-Me llamo Ariana

-Lo siento, es que mis amigos me dieron una chela con algo adentro definitivamente. Estoy en otras- Dije mirando al suelo.

*Suena un sonido de vómito pendejazo*

-Por la putamare, ¡Eli! ¡Abre, huevona!

-No voy a abrir. Un toque déjame Ari, estoy bien. Esto no es Youtube-, dijo mientras se oía que apoyaba su cabeza contra el inodoro.

*Suena mi canción favorita de las juergas: Yo quiero bailar, de Ivy Queen*.

-Dios, ¡¡¡AMO ESA CANCIÓN!!!- dije gritando, estaba exaltada.

-¿Cuál es esa?

-YO QUIERO BAILAR, YO QUIERO SUDAAAR

-Putamare, ¡¡¡YO TAMBIÉN AMO ESA CANCIÓN!!!

Fue así cómo la reina del reggaeton me hizo el milagrito y bailé con la chica que me gustaba la primera vez que fui a una discoteca para todos los gustos y me di cuenta de algo que ni pasaba por mi cabeza: era bisexual y una influencer me ayudó a descubrirlo.

¿Quién no se ha enamorado de un Ricolás? Conoce el mío en este link: https://fanficsperu.blogspot.com/2019/09/la-noche-que-conoci-mi-ricolas.html